El concepto de movilidad sostenible se refiere a los diferentes medios de transporte que son valorados por su eficiencia, seguridad, accesibilidad y respetuosos con el medio ambiente, reduciendo la emisión de gases contaminantes y el uso de combustibles fósiles.
El uso de este tipo de transporte convierte las ciudades en ambientes con mejor calidad de aire, al mismo tiempo que siguen estando igual de bien comunicados. Ejemplos de movilidad sostenible podemos encontrar en las diferentes versiones del transporte público (metro, autobús, tranvía…), cuyo uso masivo reduce en gran medida el uso del vehículo privado, otros medios no contaminantes como la bici, coches eléctricos compartidos, o simplemente ir a pie.
Beneficios de usar la movilidad sostenible
El principal beneficio de la movilidad sostenible es conseguir el mismo nivel de comunicación en las ciudades con el mínimo uso de combustibles fósiles y contaminación del aire. Además, con el uso de estos medios se reduce la dependencia del vehículo privado, descongestionando las vías públicas y mejorando la circulación. Este hecho puede incluso repercutir en una mayor seguridad, dado el menor tráfico.
El impacto de los medios sostenibles puede ser positivo para las ciudades, cuyas inversiones en infraestructuras pueden ir en la línea de hacer las calles más eficientes y más saludables para el peatón. En todo caso, un uso de la movilidad sostenible también influye a nivel económico en los usuarios, cuyos costes de mantenimiento o combustible de sus propios vehículos serían sustituidos por los del uso de estos transportes, mucho más económicos a largo plazo en trayectos donde el transporte público está asentado.
Cómo se puede fomentar el transporte sostenible
Desde las instituciones la movilidad sostenible puede ser fomentada con políticas que promuevan el uso del transporte público, construcción de carriles bici, implementación de bicicletas por parte de empresas privadas y públicas, la mejora de los caminos para peatones, el fomento del uso del coche compartido, tanto entre particulares, como mediante aplicaciones de coches VTC y taxi.
Debido a la normativa europea relativa a la calidad del aire ambiente, muchas ciudades ya tienen que implementar sistemas para controlar los niveles de polución. En muchas de ellas, como ejemplo más conocidos tenemos Madrid y Barcelona, han empezado a desarrollar zonas de exclusión de vehículos contaminantes en el centro de la ciudad, pero que irán desarrollándose hasta cubrir el municipio completo en tan solo unos años. Este tipo de zonas de bajas emisiones no solo se verán en las grandes ciudades, sino que los núcleos de población mayores de 50.000 habitantes ya tendrán que implementar medidas similares para controlar la calidad del aire.
El coche compartido, cada vez más necesario
Dentro de un ecosistema urbano donde se premia cada vez más los medios de movilidad sostenible, los vehículos compartidos y los sistemas de locomoción sin uso de combustibles fósiles, está el coche compartido con un papel cada vez más importante. Además se suman el uso cada vez más generalizado de aplicaciones móviles para solicitar vehículos VTC o taxis, lo que puede contribuir a hacer de las ciudades un entorno menos congestionado y más moderno.
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